Un jardín ecológico es aquel que aprovecha los medios que la propia naturaleza ofrece para la autorregulación de los procesos naturales. Es decir, es un jardín respetuoso con el entorno, autosuficiente y sostenible. Pero hacer un jardín ecológico requiere un planteamiento muy diferente al de hacer un jardín convencional. Se trata de no desperdiciar agua ni recursos, lo que conlleva un importante ahorro económico; y seleccionar plantas autóctonas, que resisten mejor la sequía y las plagas y, por tanto, reducen la necesidad de aplicar plaguicidas que, si fuera necesario emplear, serían ecológicos.